EL TEMPLO

El Templo simboliza el Cosmos, sus símbolos son macrocósmicos y el Adepto evoluciona según un orden macrocósmico, es decir, el Templo es la propia individualidad, se trata de la transformación (transmutación espiritual) del Adepto. Al respecto es muy significativa y sabia la inscripción: Gnoti–Seaton (conócete a ti mismo), que se encontraba en el frontispicio del templo de Delfos. Todos los pueblos antiguos que recibieron su organización de los Misterios, como Egipto, Israel, Etrunia, Grecia, Caldea, Celta, etc, tuvo sus lugares sagrados, materializados en un Templo destinado a la comunicación con la Divinidad. En la Biblia, Libro primero de los Reyes, capítulo seis en adelante, y también en el libro segundo de las Crónicas, Capítulo dos, se encuentra la narración de la construcción y consagración del Templo de Salomón que el Adepto de la F.H.D.C.J. debe leer y analizar puesto que es el prototipo de los Templos de Iniciación manifestado por las Entidades de los Planos Superiores.

El Templo de la F.H.D.C.J. es un recinto sagrado, de elevada vibración, propicio para la intercomunicación con los Maestros, con el Divino Cristo y la Madre María. Razón por la cual debe cuidarse, mantenerse acondicionado y limpio de toda impureza deleterea y física. Por ser un punto cósmico está ubicado en sentido Oriente–occidente.

Es el Santo de los Santos (el Debir del Templo de Salomón) lugar de recogimiento espiritual y sólo debe utilizarse para la meditación, trabajos colectivos e individuales; lugar donde se deben evitar las murmuraciones y comentarios que no estén a tono con los trabajos. Antes de ingresar al Templo el hermano debe efectuar limpieza y activación de todos sus chacras, excluir de la mente toda preocupación terrenal y dejar fuera los pensamientos impuros y los que no alimenten o fortalezcan el Espíritu.

Es oportuno recordar que, para mantener una completa armonía física y espiritual, los hermanos de la F.H .D.C.J. deben practicar a diario las Reglas de Oro para un mejor vivir (dictadas por Paracelso) y así facilitar, con la activación de los chacras, el despertar espiritual que permita la receptividad de los mensajes y enseñanzas confiada a la Gran Fraternidad de Maestros Espirituales para el bien de la humanidad. Tales enseñanzas están consignadas en libros escritos con símbolos, donde se da cuenta de las leyes que rigen en todo el cosmos, de los principios que sirven de cimiento, de los métodos a que su evolución se ajusta, de todos los seres que la constituyen, de lo que fue su pasado, es su presente y será su porvenir: Esta es la tradición Inicíatica, tesoro inapreciable, que tienen a su cargo los Guardianes de la Humanidad.

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