LA ESFINGE

Las pirámides fueron construidas por los Atlantes. El Maestro Thot dirigió el grupo de maestros Atlantes que viajaron a Egipto para enseñarles su filosofía y otras ciencias; para manejar los materiales de construcción utilizaron sus naves y con su tecnología movían rocas de pesos de más de 300 toneladas. Cortaban las rocas y pulían con rayos y así pudieron construir todos los antiguos monumentos que hoy conocemos. Frente a la Gran pirámide colocó la Esfinge sobre la entrada al pasadizo subterráneo que daba paso al templo interior de iniciación, también la Esfinge es testigo de la ubicación de la nave del Maestro Thot que la enterró para utilizarse en los últimos tiempos de este ciclo.

El gran monumento esotérico de la meseta de GIZEH no es una escultura de adorno; esta esfinge es una combinación de las Iniciaciones egipcias, razón por la cual ostenta una cabeza humana ( El Aguador ), un cuerpo de Toro , patas y cola de León .

Este animal fabuloso tiene alas para representar la transmutación del Escorpión en Aguila.

En el antiguo Egipto, el elegido de entre todos los aspirantes para ser iniciado en los misterios de Isis era llevado a presencia del hierofante, quien le examinaba concienzudamente. Si era admitido se le conducía al mundo subterráneo de la Esfinge , donde, en el templo del subsuelo, era acogido con el ritual acostumbrado. Después se le ordenaba el retiro y la meditación en la sala hipóstila del laberinto; y al día siguiente acompañado del guardián de los misterios, era llevado hasta la gran Galería de los Arcanos Mayores, donde se alineaban las veintidós representaciones pétreas del libro de Hermes Trimegisto, la mitad en cada muro. Al fondo una columna cerraba la galería. Entre las columnas, iluminadas en su base por lámparas de vidrio alimentadas con nafta, sobresalía hierática la figura de Isis. En el zócalo se leía la frase siguiente: " Nadie ha osado alzar mi velo".

Esta es la razón por la cual, desde los tiempos antiguos, la Esfinge se ha tomado como símbolo de la puerta de entrada al camino de la Iniciación.

Observamos, en el esquema de la Esfinge , los cuatro elementos, Aire, Tierra, Fuego, Agua, que se refieren a las cuatro palabras:

Saber, Querer, Osar, Callar, del célebre axioma simbolizados por los cuatro signos fijos del Zodíaco: El Aguador, El toro, El león, y El Escorpión respectivamente.

Estos cuatro signos son puntos importantes del firmamento, pues ellos marcan la posición de las cuatro estrellas regias:

Aldebarán (ojo del toro), Régulos (corazón del león) Antares (Corazón del Escorpión) y Fomalhaut (boca del pez austral).

SABER

La verdad del misterio.
Elemento AIRE
Imagen: AGUADOR

QUERER

Justicia por el sacrificio.
Elemento TIERRA
Imagen:TORO

OSAR

En razón de la Fé.
Elemento FUEGO
Imagen:LEÓN

CALLAR

Sobre la realidad del misterio.
Elemento AGUA.
Imagen:ESCORPION

Todo es una síntesis filosófica, que implica una voluntad de obrar con denuedo para el perfeccionamiento.

El Destino no es una cosa inmutable, porque sino, no habría responsabilidad; por eso es necesario SABER que los designios de Dios son impenetrables, pero que tenemos una libertad para obrar en uno u otro sentido; es necesario QUERER el alimento espiritual a cualquier precio; es necesario OSAR en el esfuerzo con pleno conocimiento del sendero difícil, que es preciso recorrer para alcanzar la INICIACION , y por último, es necesario CALLAR acerca de las enseñanzas y meditar indispensablemente antes de las decisiones.

Según (Lucas,13. 22-23-24) el Divino Maestro: "Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén, uno le dijo:

¿ Señor, son pocos los que se salvan?" Él les dijo: " Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán". Y en (Mateo,7. 13), los dos caminos: "Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; más ¡ qué estrecha la entrada y que angosto el camino que lleva a la vida ¡, y pocos son los que lo encuentran."

El Divino Maestro señaló el sendero de la Iniciación para todos los seres humanos. Él abrió las puertas del Templo para todo aquel que quiera seguirlo: "Pedid y se os dará." "Tocad y se os abrirá."

"De mil que me buscan uno me encuentra. De mil que me encuentran, uno me sigue. De mil que me siguen, uno es mío."

La "Puerta estrecha" era el ingreso a la Iniciación y por ella el candidato entraba en el "Reino". Y siempre ha sido y será verdad que sólo pocos pueden atravesar esa puerta, aunque millones lo logran pues, no unos pocos entran en la dicha del mundo de los planos superiores, como se puede apreciar en el Apocalipsis Cap. 7 Vr. 9: " Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar......"

A los Adeptos de la F.H .D.C.J. se les indica en la Síntesis Orgánica y Filosófica (numeral 2.2.1) los postulados básicos para su ingreso libre y voluntario pero, además, para ser aspirante a la Iniciación el Adepto debe empezar a trabajar con el propósito de afianzar determinadas condiciones que señalan los términos de los atributos que debe adquirir. No es indispensable que lleve a la perfección del desarrollo de estos atributos, pero sí que haya hecho ciertos progresos en todos ellos, para que el Cristo pueda nacer en él.

De estos atributos, mentales y morales todos, es el primero el DISCERNIMIENTO; significa esto que el aspirante debe poner por obra en distinguir en su mente lo ETERNO de lo TEMPORAL, lo REAL de lo ILUSORIO, lo VERDADERO de lo FALSO, lo CELESTIAL de lo TERRENAL. "Las cosas que se ven son temporales" , dice el Apóstol Pablo, "más las cosas que no se ven son eternas” (Cor,4. 18).

Viven los hombres constantemente sometidos al espejismo de lo que se ve, el cual os ciega para lo que no se ve.

El aspirante debe aprender a distinguirlos, de modo que lo que para el mundo no es real, sea real para él, y lo que es real para el mundo, le parezca ilusorio; pues sólo así es posible andar por fé, no por vista (Cor,5. 7.) Y así también debe llegar a ser uno de aquellos "que, por la costumbre, tienen ya los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal."

Luego el aspirante debe adquirir el dominio de sus pensamientos, lo que le llevará al dominio de sus acciones , pues para el ojo interior es el pensamiento lo mismo que la acción. También ha de lograr el sufrimiento, pues los que aspiran a andar "el camino de la cruz" tienen que afrontar penalidades amargas y duraderas, y deben apercibirse para sostenerse en ellas "como viendo al invisible” (Hebreos, 11. 27.).

A esto añadirá la TOLERANCIA, si quiere ser hijo del Padre "que hace que su sol salga sobre malos y buenos y llueva sobre justos y pecadores" (Mateo,5. 45.). Agregará luego la HUMILDAD, cuando el Divino Maestro recomendó a sus apóstoles que no prohibiesen hacer uso de su nombre a uno que no le seguía junto con ellos (Lucas, 9. 49-50). Además debe adquirir FE, para lo cual nada hay imposible (Mateo,17. 20), y el EQUILIBRIO descrito por el Apóstol (II Cor.6. 8-10). Finalmente debe sólo buscar "Las cosas de arriba" (Col,3. 1) y aspirar con ansia a la bienaventuranza de la visión de Dios y de su unión con El. (Mateo, 5. 8 y Juan, 17. 21).

El Adepto que ha logrado estas cualidades en su carácter, es tenido apto para la Iniciación , y entonces los Guardianes de los Misterios le abren la Puerta Estrecha.

Así y sólo así, logrará ser el candidato dispuesto.

"En verdad, en verdad os digo:
Vosotros me buscáis,
No porque habéis visto señales,
Sino porque habéis comido de los panes
Y os habéis saciado.
Obrad, no por el alimento perecedero,
Sino por el alimento que permanece
Para vida eterna,
El que os dará el Hijo del Hombre,
Porque a éste es a quien el Padre,
Dios, ha marcado con su sello."
Juan 6, 26-27.

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